En la película, “Voluntad de hierro”, basada en una carrera de trineos realizada en 1917, en la frontera entre EEUU y Canadá, se revela la estrategia que llevó al éxito al héroe de la historia. Su entrenador, sabiendo que habría de competir con corredores profesionales y más experimentados que él, le había dicho: “Solo podrás ganar si corres mientras los demás duermen”. En forma similar, en Mateo 25, mediante tres parábolas, a las que podemos llamar “parábolas de la preparación”, el Señor advierte a quienes lo esperan que “velen” mientras el mundo duerme: “Velad, pues, porque no sabéis el día ni la hora en que el Hijo del Hombre ha de venir” (Mateo 25:13). ¿Qué significa velar para los que esperamos la venida de Jesús? Velar significa estar preparados para ser vencedores en la carrera hacia la eternidad. En este sentido, estas parábolas nos enseñan tres áreas de preparación.
La primera historia se basa en una boda oriental, en donde el novio venía a la casa de la novia, generalmente de noche, para llevarla a la casa que había estado preparando. Era costumbre que jóvenes vírgenes, amigas del novio, lo esperaran para acompañar a la pareja iluminando con sus lámparas el camino hacia su nuevo hogar en donde se ofrecería un banquete.
En la historia, cinco vírgenes se duermen y solo cinco están preparadas con sus lámparas y suficiente aceite. En esta historia se resalta la necesidad de tener, no solamente “la lámpara” de la Palabra en nuestras manos (Salmo 119:105), sino también, permitir que “el aceite” del Espíritu nos ayude a poner por obra sus principios y valores. Esta experiencia nos llevará a un compañerismo con el Novio celestial, quien pronto regresará para llevar a su amado pueblo al hogar celestial que ha estado preparando. De lo contrario, podríamos escuchar, como las vírgenes que se durmieron, las palabras más tristes para el oído humano: “No os conozco” (25:12). Por lo tanto, ahora es tiempo de conocer a Jesús mediante el estudio diario de las Escrituras.
En la segunda historia, se cuenta de un amo que sale de viaje y reparte sus bienes a sus siervos, en espera de que los multipliquen mientras está ausente. Esta historia enfatiza lo que debemos hacer con nuestras capacidades mientras esperamos la venida: “Y llegando el que había recibido cinco talentos, trajo otros cinco talentos, diciendo: Señor, cinco talentos me entregaste; aquí tienes, he ganado otros cinco talentos sobre ellos. Y su señor le dijo: Bien, buen siervo y FIEL; sobre poco has sido FIEL, sobre mucho te pondré; entra en el gozo de tu señor” (15:20, 21). Hay muchos que no han escuchado acerca del regreso del Señor. Se espera que usemos al máximo nuestros recursos, talentos y capacidades, para ayudar a difundir la buena noticia del retorno del Señor. Si no lo hacemos la pérdida será irreparable.
Finalmente, en la tercera parábola, se nos recuerda que la esencia de la verdadera religión es ocuparse compasivamente de los necesitados mientras esperamos al Señor: “Y respondiendo el Rey, les dirá: De cierto os digo que en cuanto lo hicisteis a uno de estos mis hermanos más pequeños, a mí lo hicisteis” (25:40). El corazón de la verdadera religiosidad no es cuánto conocemos sino como usamos lo que sabemos. Mientras que el corazón egoísta puede realizar obras para la glorificación propia, la gracia vertida en el corazón del creyente lo lleva realizar obras que glorifican al Padre (5:16).
Así pues, estas tres historias nos enseñan cómo debemos VIVIR quienes estamos saliendo del mundo para “recibir al Novio” (25:1). ¿Te gustaría estar listo para disfrutar toda una eternidad al lado del Salvador?
📝 PREPARÁNDONOS PARA SU VENIDA
✍️ Escrito por: Dr. Israel Robles
🎓 Docente en la Facultad de Teología de la Universidad de Navojoa (UNAV)
🔗 Más información: unav.edu.mx