Para los cristianos, la segunda venida de Jesús representa el evento más esperado. Marcará el fin del sufrimiento y la injusticia, dónde los malos por fin recibirán lo que han sembrado (Apocalipsis 11:18) y los inocentes exclamarán con alegría: “Este es nuestro Dios; le hemos esperado, y nos salvará” (Isaías 25:9 NVI). La Biblia nos ofrece una serie de detalles e imágenes que ayudan a imaginar cómo será este grandioso evento y cómo afectará a toda la creación.
Antes de la segunda venida, el mundo pasará por tiempos difíciles. El Señor advirtió que habría “guerras y rumores de guerras”, así como hambre, terremotos y otros desastres (Mateo 24:6-7). Esto no solo habla de problemas en la naturaleza, sino también de una crisis moral: las personas se volverán más egoístas, desobedientes y violentas (2 Timoteo 3:1-5), “Habrá tanta maldad que el amor de muchos se enfriará” (Mateo 24:12). Todo esto revela que la humanidad y la naturaleza están entrando en una profunda crisis que solo se resolverá con la segunda venida de Jesús.
Además de las crisis sociales, se producirán señales en el cielo: el sol se oscurecerá, la luna se tornará roja y las estrellas caerán (Joel 2:30-31; Mateo 24:29). Apocalipsis ilustra estas señales de manera dramática, indicando que el universo mismo está en expectativa de un cambio monumental. El “gran y terrible día del Señor”, como lo describe el profeta Joel, será el momento en que Dios intervendrá directamente en la historia para purificar la tierra y restaurar la paz.
Un evento característico de la segunda venida será un terremoto de proporciones sin precedentes. Según Apocalipsis, este terremoto será tan intenso que “todas las islas huyeron y las montañas desaparecieron” (Apocalipsis 16:18-20). Isaías pinta una vívida imagen de esta conmoción, comparándola con un borracho tambaleándose (Isaías 24:20). Ezequiel también menciona que toda la naturaleza será conmovida, incluyendo peces, aves y seres humanos (Ezequiel 38:19-20). Ante tales cataclismos, los profetas se preguntan: “¿Quién lo podrá soportar?” (Joel 2:11; Apocalipsis 6:17).
El apóstol Pedro añade que “los cielos desaparecerán con un estruendo” y serán deshechos (2 Pedro 3:10-12). Las figuras de un “pergamino que se enrolla” y de “vestiduras que se desgastan” describen cómo la atmósfera misma se disolverá (Apocalipsis 6:14; Salmos 102:25-26). es difícil explicar cómo será físicamente este fenómeno, lo cierto es que este será el momento en el que “la señal del Hijo del hombre aparecerá en el cielo” (Mateo 24:30), y todo lo que existe sobre la tierra será fundido como se funde el hierro en el crisol, Pedro señala: “los elementos serán destruidos por el fuego” (2 Pedro 3:10). Es lógico pensar que no se trata de un fuego común, sino de algún tipo de ignición capaz de destruir todo a su paso.
La Biblia enseña que el regreso de Jesús será un evento visible para todos; “todo ojo lo verá” (Apocalipsis 1:7). Descenderá del cielo rodeado de nubes y ángeles, y su llegada será tan clara como un relámpago (Mateo 24:27). Este momento será acompañado por una “voz de mando” que indicará la resurrección de los muertos que creyeron en Él (1 Tesalonicenses 4:16). Tanto los muertos resucitados como los vivos serán transformados “en un abrir y cerrar de ojos”, recibiendo cuerpos nuevos, libres de enfermedad y muerte (1 Corintios 15:52).
A pesar de la gloriosa promesa de resurrección para los creyentes, no todos compartirán este futuro. Aquellos que han rechazado a Dios enfrentarán su juicio final, sellando su destino eterno lejos de la presencia divina (2 Tesalonicenses 1:9).
No solo será un evento culminante de la historia humana, sino que también ofrece esperanza a los creyentes. Las señales que anteceden este regreso, desde desastres naturales hasta crisis morales, son recordatorios del estado crítico del mundo y de la inminente intervención divina. Este evento transformador promete el fin del sufrimiento y la muerte, trayendo consigo la justicia y la paz que la humanidad anhela.
📝 ¿CÓMO SERÁ LA SEGUNDA VENIDA DE JESÚS?
✍️ Escrito por: Mtro. Daniel Hernández
🎓 Docente en la Facultad de Teología de la Universidad de Navojoa (UNAV)
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