Uno de los servicios más significativos y sagrados dentro de la Iglesia Adventista del Séptimo Día, es el servicio de Comunión. Es usualmente conducido por un pastor ordenado, con la asistencia de otros ancianos de iglesia, diáconos y diaconisas. Por lo tanto, y a fin de asegurarnos de que el significado de dicho servicio sea bien comprendido y observado en su plenitud, se necesitan cuidadosa planificación y preparación. Por esta razón, compartimos la siguiente información. Para un tratamiento mucho más amplio de este tema, debemos consultar el Manual de la Iglesia y el libro “Creencias de los Adventistas del Séptimo Día”.

Importancia del servicio de Comunión

Para los adventistas del séptimo día, el servicio de Comunión involucra tanto el rito del lavamiento de los pies, como el partimiento del pan sin levadura y la participación en el vino de uva no fermentado. Basándonos en el ejemplo de Cristo, la ordenanza del lavamiento de pies “es la preparación indicada por Cristo para el servicio sacramental” (Manual de la Iglesia, 16° revisión, p. 78). El propósito de esta ordenanza “conlleva un mensaje de perdón, aceptación, certeza y solidaridad, principalmente de Cristo para con el creyente, pero también entre los propios creyentes”, de ahí su nombre de “rito de humildad”.

De similar importancia es la Cena del Señor o servicio de Comunión, precedido por el rito del lavamiento de los pies. Habiendo reemplazado “el festival de la Pascua de la época del antiguo pacto”, involucra los símbolos del pan sin levadura y el vino sin fermentar, que representan ambos el cuerpo y la sangre de Cristo, que indican y señalan su crucifixión. Como tal, la Cena del Señor conmemora la liberación del pecado, de la misma manera que el festival de la Pascua le recordaba al pueblo de Israel su liberación de Egipto. Por lo tanto, su celebración debe ser “una ocasión de gozo y no de tristeza” (Creencias de los Adventistas del Séptimo Día), por causa de lo que Cristo ha logrado en nuestro favor al morir en la cruz.

El servicio de la Cena del Señor tiene también una dimensión futura al “señalar la segunda venida de Cristo” (Manual de la Iglesia). Dice el apóstol Pablo: “Así pues, todas las veces que comáis este pan y bebáis esta copa, la muerte del Señor anunciáis hasta que él venga (1 Cor. 11:26, RVR 1995).

Anuncio del Servicio de Comunión

El servicio de Comunión o Cena del Señor, el cual “se celebra habitualmente una vez por trimestre” (Manual de la Iglesia), generalmente como parte del servicio de adoración del sábado anterior al último sábado del trimestre, debe anunciarse desde el sábado anterior, o preferiblemente antes, a fin de permitir que los miembros se preparen y asistan al servicio. De manera que cuando los miembros estén presentes en este rito, “el servicio traerá la bendición deseada”.

Para todos los miembros

Se ha observado que algunos miembros de iglesia se abstienen de asistir a la iglesia el sábado designado para celebrar el servicio de Comunión; y algunos de ellos se alejan justamente antes de iniciarse la ordenanza del lavamiento de los pies y ni siquiera regresan para estar presentes en la Cena del Señor. Sin embargo, se nos ha aconsejado: “Nadie debe excluirse de la comunión porque esté presente una persona indigna. Cada discípulo está llamado a participar públicamente de ella y dar así testimonio de que acepta a Cristo como Salvador personal. Es en estas ocasiones designadas por él mismo cuando Cristo se encuentra con los suyos y los fortalece por su presencia” (El Deseado de todas las gentes, p. 613). Más aun, Elena G. White hace notar: “Corazones y manos indignas pueden administrar el rito; sin embargo, Cristo está allí para ministrar a sus hijos. Todos los que vienen con su fe fija en él, serán grandemente bendecidos” (Ibíd).

Incluir a quienes no pueden asistir

El Manual de la Iglesia, declara: “Si algún miembro está enfermo, o si por alguna otra razón no puede abandonar su hogar para asistir a la ceremonia de comunión en la casa de culto, se puede realizar una ceremonia especial para él en la casa. Este servicio religioso puede ser oficiado solamente por un pastor ordenado o por un anciano de la iglesia local, que puede ser acompañado por un diácono o diaconisa”.

Preparación para el siguiente servicio de Comunión

De acuerdo con la información mencionada anteriormente, comencemos a preparar el siguiente servicio de Comunión. Con la apropiada preparación, que incluye la adecuada elección de la música, con los ancianos de iglesia, diáconos y diaconisas vestidos apropiadamente, el uso de los emblemas, utensilios y toallas adecuados, además de un sermón más breve que el sermón usual relacionado con la ocasión, precedido todo ello de mucha oración por parte del pastor o anciano de iglesia al frente de la ceremonia, el servicio de Comunión puede dejar una impresión imborrable en cada adorador, incluyendo los niños que no han recibido todavía el bautismo. Hagamos de este servicio una ocasión especial, esperando contar en él con la presencia de Cristo y, sobre todo, anticipándonos al tiempo cuando cenaremos con él en la tierra nueva.


El Boletín Ministerial es un artículo semanal para pastores y ancianos producido por la Secretaría Ministerial de la Iglesia Adventista del Séptimo Día en la División Interamericana / Autor: Pastor Leonard Johnson, Secretario Ministerial Asociado.